4 de octubre de 2011

Boardwalk Empire


Atlantic City, 1920. La Ley Seca es aprobada y puesta en vigor por el Congreso de los Estados Unidos. Cuando el alcohol se proscribe, los proscritos se convierten en reyes. Con esta lapidaria frase promocional, la HBO nos regala otra obra maestra hecha serie de TV, tras las aclamadas "The Wire", "6 feet under", "The Sopranos", "The Band of brothers" y un largo etcétera de clases magistrales en cuando a producción, guión y ambientación. En este caso, nos encontramos ante una adaptación del libro "Boardwalk Empire: The Birth, High Times, and Corruption of Atlantic City"(Nelson Johnson) por parte de Terence Winter, el premiado guionista de "The Sopranos" y con Martin Scorsese como productor ejecutivo y dirigiendo el episodio piloto (de 71 minutos de duración y un coste de 18 millones de dólares, el episodio de debut más caro hasta la fecha).


La trama principal (remarcando lo de principal, ya que la serie es muy rica en subtramas) gira en torno a las andanzas de Enoch "Nucky" Thomson (Steve Buscemi), una influyente figura política que tiene en su poder gran parte del control de Atlantic City, New Jersey durante los años 20, un período de la historia de Estados Unidos marcado por una premisa principal: la proliferación de actividades mafiosas e ilegales derivadas de la entrada en vigor de la Ley Seca. Nucky (personaje basado en Enoch Johnson, un prominente político real entre 1911 y 1941) sera el personaje principal pero, como en toda serie HBO que se precie, no sera el único que porte la carga dramática y que tenga un perfil psicológico perfectamente desarrollado y diferido del resto. Junto al tesorero de Atlantic City encontraremos a Jimmy Darmody (Michael Pitt), un ex-combatiente de la Primera Guerra Mundial que es protegido por Nucky, o Nelson Van Alden (Michael Shannon), que da vida al lado opuesto de los forajidos protagonistas, un ferviente agente del Departamento del Tesoro que identifica a Nucky y sus acólitos como piezas claves de la trama de contrabando que se extiende por la costa este norteamericana.
La serie, que hasta el momento cuenta con una primera temporada de 12 episodios y una segunda en progreso desde este mes de septiembre de 2011, ha recibido una gran acogida por parte de crítica y público (algo genérico en las cuidadas producciones de HBO), así como una retahíla de premios y nominaciones tanto en apartados técnicos, dirección, interpretación... siendo el Globo de Oro 2011 a la Mejor Serie Drámatica el más importante. La combinación de HBO, probablemente la cadena privada que más empeño y dedicación pone en sus creaciones, con genios de la talla de Buscemi, Scorsese o Winter, dan lugar a una auténtica delicatessen que sin duda disfrutaran todos los amantes del cine negro.

Más allá de las geniales interpretaciones o la interesante trama que toma, como ya hemos dicho, el libro de Johnson como punto de partida (aunque se va más allá de ella según avanzamos en el conocimiento de personajes y argumentos), el punto fuerte de la serie es, en mi humilde opinión, la genial ambientación de la que hace gala. Gracias a ello se consigue una perfecta inmersión del espectador en todos los escenarios que componen el mapa de Atlantic City, New York y Chicago (los tres principales emplazamientos de la acción en Broadwalk Empire). Mención especial a la genial recreación de ese paseo marítimo de Atlantic City, con unos edificios, un ambiente general en las calles (con esa genial diferenciación en esa dualidad día-noche que encontramos también en Nucky) y una excelente banda sonora que hará las delicias de los amantes de este tipo de historias. No solo eso, sino que la utilización de personajes reales (Capone, Lucky Luciano...) consigue una empatía y un interés por la historia aún mayor porque... ¿qué fan del cine negro no se siente atraído por la figura del gangster de Chicago y sus primeros pasos hacia el poder?

Pese a todo, Terence Winter se permite sus licencias en el guión. Comenzando por una "curiosa" intro, de impecable ejecución, pero con una melodía, a cargo de "The Brian Jonestown Massacre", demasiado contemporánea para una historia de esa época (pese a que ello le da una identidad propia indiscutible, la verdad). Por otro lado, no todos los personajes reales guardan una estrecha relación con su historia y algunos personajes, como el de Chalky White (Michael Kenneth Williams) rechinan un poco en la ambientación general de la serie. No obstante, ninguno de estos "peros" supone un punto negativo a la hora de valorar la serie que viene a suplir a "The Sopranos" dentro de la ración mafiosa necesaria en toda buena parrilla televisiva.

En defenitiva, una serie que engancha de principio a fin y en la que se aprecia como se ha mimado cada uno de los detalles que la componen. Mención especial al capítulo piloto dirigido por el maestro Martin Scorsese, un verdadero portento en el que se justifica su alto presupuesto. Dad una oportunidad a la serie, porque pese a su trama densa y profunda, se encuentra uno de los mejores homenajes al cine mafioso que se puede encontrar, así como una nueva lección de HBO y sus genios creativos en cuanto a desarrollo de tramas y personajes. Esperemos que la Ley Seca siga en vigor mucho tiempo.


Rubén Betta

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